Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1882-1883 (Cortes de 1881 a 1884)
Sesión: 22 de diciembre de 1882
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: 15, 314
Tema: Felicitación a SS. MM. por el natalicio de S. A. la Infanta Doña María Teresa

El Sr. PRESIDENTE: Ruego al Sr. Pidal que se siente. El Sr. Presidente del Consejo de Ministros tiene la palabra.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Yo voy a rectificar en pocas palabras las del Sr. Romero y Robledo.

El Sr. Romero y Robledo no me ha comprendido bien. Yo me he lamentando, porque no podía menos de lamentarme, de que el Sr. Romero Robledo, que ocupa una elevadísima posición política y parlamentaria, haya olvidado las prácticas parlamentarias, que no se han olvidado jamás, y que para un asunto como aquel a que se refiere la proposición que S. S. ha presentado, no se haya valido, como se han valido siempre otros Diputados, de la consulta que se hace a todas las oposiciones y del conocimiento que se da a todas las fracciones de la Cámara, siempre, siempre, siempre. Y eso es una falta de cortesía hacia la mayoría y las oposiciones; no lo ha consultado ni con las oposiciones, ni con la mayoría; jamás se ha hecho una cosa semejante.

¿Cómo? ¿Qué quería S. S.? ¿Monopolizar el sentimiento monárquico? ¿No quería S. S. hacernos partícipes a los demás de él? Pues si S. S. hubiera contado con nosotros, ¿no hubiéramos prestado con muchísimo gusto nuestra firma? Pues ¿por qué, Sr. Romero Robledo, ha de ser S. S. tan ambicioso de lo que todos, por lo menos tanto como S. S., deseamos? ¿Es justo?

Yo llamo la atención de S. S.; no es justo, nunca se ha hecho eso. Por lo demás S. S. cree que es más monárquico que nosotros, y que ese grupo y que ese partido es más monárquico que el nuestro: sea, tanto mejor: con que lo sean tanto como nosotros basta; pero es más: aunque lo sea mayor, es mejor para la Monarquía y mejor para nosotros.

Su señoría también en esta proposición no ha debido valerse de ella para atacar a este partido por si se compone de estos o de los otros elementos, si son más o menos homogéneos los elementos que constituyen este partido. ¿Pero son menos homogéneos que los que constituyen el partido en que S. S. milita? Yo no lo creo, porque al ver a S. S. al lado del respetable y siempre consecuente en sus opiniones Sr. Marqués de Molins, por ejemplo, y le cito porque lo veo en este momento; del Sr. Orovio y de otros cuantos, no creo hay ahí más homogeneidad que hay aquí. Por consiguiente, ¿a qué viene eso? No viene a nada, ni S. S. ha hacho bien en atacar a este partido y al Gobierno con motivo de una proposición para felicitar a S. M., porque en eso estamos todos conformes. Y, señores, con tan fausto motivo, que no debe ser más que objeto de regocijo para todos, ¿es posible que haya ocasión ninguna de disgusto para nadie?

Si se trata de que nos regocijemos, sea el regocijo general; olvídese lo que aquí ha pasado, y yo ruego al Sr. Pidal que no vuelva sobre la cuestión ya terminada, lo mismo que al Sr. Martos y a todos, y que lo que debe ser motivo de regocijo no lo sea de disgusto para nadie en este Cuerpo Colegislador. Yo se lo pido también al Sr. Romero Robledo, se lo pido al Sr. Conde de Xiquena, y se lo pido a todos los que directa o indirectamente hayan tenido participación en este asunto. [314]



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